Dada a conocer en 2009 por Satoshi Nakamoto, un enigmático personaje del que poco se sabe y que incluso se especuló la CIA estaría detrás de los bitcoins, la popular criptomoneda, fue creada con la idea proporcionar a las personas un medio de pago que posibilitara la ejecución de transferencias de valor rápidas, a bajo costo y que no pudieran ser controladas ni manipuladas por gobiernos, bancos centrales o entidades financieras. Es decir, una moneda libre de regulación.
Libre regulación que a diferencia del dinero tradicional como el dólar o el euro, ésta es descentralizada, por lo que no existe autoridad o ente de control que sea responsable por la emisión y registro de sus movimientos.
Pero al igual que el que se tiene en el banco, puede aumentar o disminuir en cantidad según los gastos o ingresos que existan, con la particularidad de que si bien se pueden realizar pagos, el dinero no se puede transformar a dinero físico como se hace con el de nuestras cuentas bancarias.
Y si bien un número creciente de personas lo ponen en la mira como una inversión interesante, quienes quieran entrar en este mercado deben hacerlo sabiendo que existen riesgos a considerar antes de tomar decisiones que puedan hacer peligrar el patrimonio personal y enfrentar la disyuntiva económica entre el éxito, el miedo o la incertidumbre, ya que con diversos aumentos y desplomes en su valor debido a las burbujas económicas que afectan a esta moneda, Bitcoin es una inversión de la que hay que estar muy pendiente.
En este sentido, la primera burbuja que alcanzó un pick de US$ 35 por unidad el 11 de junio del año 2011 y tuvo un incremento equivalente al 4.999.900% respecto a su precio inicial de US$ 0,001, tuvo un desplome de 94,3% a un mínimo de US$2 en noviembre del mismo año.
La segunda llegó a un máximo de US$ 259 en abril de 2013 con un aumento del 12.850% pero que dos días después cae a US$45 la unidad: un desplome del 82,6%.
En noviembre del mismo año alcanza un máximo de US$ 1.141, equivalente a un aumento del 2.435% en 30 semanas. Siendo ésta la tercera burbuja, con un derrumbe de un 86,7% en su valor a lo largo de 21 meses. La cuarta y última burbuja de Bitcoin, en diciembre de 2017, el precio alcanzó un máximo histórico de US$19.891 por unidad, con un incremento del 12.986% con respecto al 2015. Y comenzando su descenso a la baja en enero del año siguiente con mínimo anual de US$3.500 en noviembre de 2016: una caída del 82,4%.
Es por ello que en los últimos días el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, firmó una orden ejecutiva en la que delinea la estrategia del gobierno para la regulación de bitcoin (BTC), en un decreto que ordena a las agencias federales del país evaluar los riesgos y oportunidades que representan las criptomonedas para la seguridad nacional de Estados Unidos y su impacto en la economía de la nación.
Ya a casi un año desde la última escalada de Bitcoin, que incluso se enredó con Tesla y el multimillonario Elon Musk, quien prohibió la compra de sus productos con Bitcoins, muchos han anunciado una vez más la muerte de la primera criptomoneda descentralizada del mundo.
Claramente esta no será la primera vez que Bitcoin sea declarado prematuramente muerto. Tampoco será la última.
Imágenes de Getty Images y The National News
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