El déficit de petroleo que complica hoy a Estados Unidos tras la prohibición del país de importar crudo desde Rusia, como parte de las sanciones implementadas contra el gobierno de Vladimir Putin desde que se iniciaron los ataques a Ucrania, ha posibilitado una posible negociación para su compra a Venezuela.
Negociaciones que sostuvieron altos funcionarios del gobierno de Joe Biden con el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en la ciudad de Caracas el fin de semana pasado, y que desde el Senado, ha generado opiniones divididas tanto desde el partido republicano como el demócrata.
En este sentido, el mandatario venezolano dio cuenta que su país "está a la vanguardia de las iniciativas para estabilizar los mercados del petróleo, el gas y la energía", en un escenario donde el país sudamericano podría convertirse en uno de los ganadores de la crisis energética mundial tras el conflicto armado en Europa.
La Venezuela de Maduro, el país más rico en petróleo del mundo, promete aumentar la producción de petróleo hasta los dos millones de barriles diarios, triplicando el volumen de producción actual de 700.000 barriles y que, en vista de la reciente explosión de los precios del petróleo, supondría un aumento también en los ingresos del país.
A pesar de ello, la industria petrolera venezolana está muy deteriorada y numerosos expertos del sector han dejado el país, por lo que el el petróleo venezolano solo puede ser procesado en unas pocas refinerías y, además, EE. UU. ha dejado en claro que no levantará las sanciones contra Venezuela si no se producen avances en materia de democracia y DD. HH.
Sanciones que incluyen un embargo vigente desde abril de 2019, que impide a Venezuela negociar su petróleo, el que representaba 96% de los ingresos del país, en el mercado estadounidense, luego de que Nicolás Maduro asumiera su segundo mandato en elecciones ampliamente cuestionadas.
La invasión de Rusia a Ucrania, posibilitó que la Casa Blanca busque cómo reducir las importaciones de petróleo desde Rusia, sin perjudicar a los consumidores estadounidenses y manteniendo al mismo tiempo el suministro global. Un escenario en donde al parecer, el más beneficiado será Venezuela.
Imágenes de Getty Images.
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