El 9 de julio de 1816, en San Miguel de Tucumán, tuvo lugar la sesión del congreso que declaró la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata, finalizando así, el proceso iniciado con la revolución de mayo de 1810.
El congreso del momento contó con 33 diputados, que durante más de dos meses debatieron la redacción del acta independentista, para entonces no se creía necesaria, pues el congreso funcionaba y la administración controlaba todo el territorio, sin embargo su firma fue fundamental, pues fue hasta 1853 que todas las provincias juraron la primera constitución en la ciudad de Santa Fe.
Desde la firma del documento ya hace 206 años, la celebración conmemorativa ha contado con la presencia de los actores políticos y todos los ciudadanos, reunidos en torno a las músicas tradicionales, vistiendo ponchos, botas, galeras y chaquetas. Hoy en día en algunas provincias las celebraciones comienzan a la media noche, recibiendo el 9 de julio con bandas militares, gastronomía típica, fuegos artificiales, y la versión del himno nacional en la voz del artista del momento.
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el festejo se vive a lo largo y ancho de la avenida 9 de julio, pasando por el icónico obelisco de la ciudad, que a pesar de tener un significado más local, es motivo de orgullo para los argentinos. El sentimiento nacional de arraigo es tal, que calles, buques, bonos del tesoro, empresas e incluso un equipo de futbol, llevan el nombre de “9 de julio”
En este 2022, de reapertura y vuelta a la socialización, se espera que el furor en las calles y la calidez entre personas vuelva a su nivel original, pues el Covid-19 y sus diferentes variantes, restringieron el esplendor de la fecha durante 2 años consecutivos.
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