El cambio climático está impactando indudablemente nuestro día a día y el mundo como lo conocemos. Cambios, que se reflejan en las estaciones, el comportamiento de los animales alrededor del mundo y otros factores que la ciencia investiga incansablemente. Pero el hecho de que las temperaturas estén aumentando progresivamente, y no dejarán de hacerlo aún si ponemos fin a las emisiones de carbono causadas por los seres humanos, el clima nos sorprende de mal en peor con sus variaciones.
En este sentido, se puede apreciar como los veranos se hacen cada vez más largos y calurosos, mientras que los inviernos más cortos y cálidos. Una cuestión que afecta también a la primavera y el otoño, tal como lo demuestran estudios que dan cuenta del promedio de crecimiento de las estaciones: el verano creció de 78 a 95 días entre 1952 y 2011, mientras que el invierno se redujo de 76 a 73 días. La primavera y el otoño se contrajeron de 124 a 115 días y de 87 a 82 días, respectivamente.
Alteraciones que se volverán cada vez más extremas, causando por ejemplo, que la próxima primavera comience antes, mientras que este invierno sea más corto. Incluso podríamos experimentar a futuro veranos de seis meses en el hemisferio norte, lo cual tendría un impacto catastróficos en la agricultura, la salud humana y, por supuesto, el medio ambiente.
Cambios que ya afectan el calentamiento de los polos y derretimiento de glaciares, como también el comportamiento de animales y personas.
Por ello, si aún crees que el cambio climático es solamente un problema para el futuro, deberías pensarlo una vez más, ya que está sucediendo, aquí y ahora: tanto en desequilibrios en los patrones migratorios de los animales, como en la prematura floración de las flores o plagas de insectos forestales que amplían su alcance. Peor aún, en los desajustes entre la llegada de los polinizadores, como las abejas silvestres, y la floración de las plantas agrícolas.
Y si bien sabemos que no es fácil tomar cartas en el asunto, ni lidiar con este problema que nos afecta a todos por igual, se hace a cada minuto más necesario adoptemos cambios en nuestro pensamiento y comportamiento que nos ayuden a extender la vida de especies y el ecosistema en el que coexistimos, y así, no ser los protagonistas de esta verdadero película de ficción sobre nuestra extinción.
Imágenes de Getty Images
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